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23 de ABR de 24

29-07-2021 | Locales

A 55 años de “La Noche de los Bastones Largos”

El 29 de julio de 1966, la dictadura encabezada por el general Juan Carlos Onganía decidió desalojar distintas Facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y reprimir a las autoridades, los profesores y los alumnos que reclamaban en defensa de la autonomía universitaria.






Unos 400 docentes y estudiantes fueron detenidos y golpeados en la sede de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, en Bolívar y Alsina, pleno centro porteño. Paradójicamente allí, en la «Manzana de las Luces», comenzó un período de oscuridad para la ciencia.

Esa noche, uno de los momentos más deleznables de la historia argentina, fue conocida luego como «La Noche de los Bastones Largos», llamada así por el tamaño de los palos que portaban los uniformados para dar el primer paso del disciplinamiento académico, la libertad de cátedra, la de expresión y poner fin a la autonomía universitaria.

El dictador Onganía había decretado no sólo la intervención de las Universidades Nacionales, sino también la «depuración» académica. Es decir, expulsar a cualquier tipo de oposición que realizara alguna actividad dentro de aquellos establecimientos educativos.

Renunciaron más de 1300 docentes y centenares de científicos se vieron obligados a dejar un país, donde las casas de altos estudios se vaciaron de prestigio y contenido educativo por decisión de un Gobierno autoritario.

Más de 700 académicos abandonaron sus puestos de trabajo y muchos de ellos se exiliaron en el exterior. A partir ahí, comenzó un éxodo de brillantes investigadores y científicos, una “fuga de cerebros” cuyas consecuencias todavía se sienten hoy en el desarrollo científico argentino.




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